Los duelistas (1977) primer largometraje de Ridley Scott es un prodigio de clasicismo y madurez narrativa. En él se revela como un creador con las ideas muy claras en cuanto a lo que quiere contar, el fondo, pero sobre todo en cuanto a cómo quiere contarlo, en cuanto al estilo y la forma. Ni siquiera el brillo de sus trabajos posteriores como director (Alien, Blade Runner, Gladiator) ha conseguido alterar el estatus de culto que esta sutil, inteligente y hermosísima película ha mantenido desde hace más de cuatro décadas.

 

El duelo. Una historia militar, fue publicada por entregas en el año 1908. A diferencia de lo que sucede en otras de sus obras, aquí el pesimismo de Conrad se tiñe de fina ironía para describir el interminable duelo entre dos oficiales de la Grande Armée napoleónica. Honor, valentía, lealtad, compañerismo o traición son algunos de los conceptos que alientan esta espléndida novela corta, ofrecida ahora en una nueva traducción al castellano que descubre toda la potencia y los matices del lenguaje de Conrad.

Gerardo Rodera nació en León en 1962. Quiso ser escritor, periodista y cineasta, pero ha pasado varias décadas dedicado a la (noble) tarea de preparar la edición de libros ajenos. Estos apuntes sobre Los duelistas suponen su debut en la crítica cinematográfica, y aspiran a convertirse en un elemento útil para el debate cinéfilo sobre la película.

 

Los relatos e historias de Joseph Conrad (1857–1924), el marino polaco que se convirtió en uno de los grandes de la literatura en inglés, han seducido tanto a lectores como a creadores cinematográficos, desde que comenzaran a publicarse en 1895. La mezcla entre el trasfondo exótico y de aventuras, y la visión escéptica y melancólica sobre la naturaleza humana de su autor, ha hecho que varias de ellas —Lord Jim o El corazón de las tinieblas, por ejemplo— hayan sido llevadas con éxito a la pantalla